La teoría de la evolución podría considerarse,
a la par de la teoría de la relatividad, “la teoría más popular” de nuestros
tiempos, y, por tanto, una de las favoritas para ser objeto de ataques, en un
intento de desprestigiar, o incluso refutar sus postulados.
Pero, ¿qué tanta razón tienen quienes
afirman: “la evolución es falsa, es solo una teoría que no ha sido
demostrada...” ?, Para responderlo, el
primer paso sería tener claro que es exactamente una teoría.
Hablando en el contexto coloquial, la
palabra teoría, ha adquirido un significado bastante distante del significado que
tiene en el contexto científico, dicha distorsión ha calado tanto en nuestro lenguaje,
que no es raro ver incluso a personas con títulos de pregrado, usando la
palabra “teoría” como sinónimo de “hipótesis”, o “suposición”, lo cual es un
error de nivel A.
Para definirse una teoría científica,
deben cumplirse una serie de requisitos, entre ellos:
ü
Una
teoría científica debe ser capaz de describir de forma precisa, datos que se
recolectan de forma empírica, además de permitir hacer predicciones detalladas
acerca de los resultados de futuras observaciones o recogidas de los datos que
describe.
ü
Debe
ser falseable, es decir, puede ser sometida a pruebas que tengan por objetivo
demostrar su falsedad. Contrario a lo que se cree por cultura popular, las
teorías no pueden ser simples “opiniones” que no deben ser juzgadas.
ü
Debe
ser aceptada por la mayoría de los científicos de las áreas que le competen.
ü Lo
más importante, debe estar sustentada en datos científicos, obtenidos a partir
de la validación de hipótesis por el método científico.
Además de esto, Karl Popper (1902-1994)
decía que: “Toda “buena" teoría científica es una prohibición: prohíbe que
ciertas cosas ocurran. Entre más cosas una teoría prohíba, mejor se vuelve”.
En resumen, en el contexto científico,
una teoría debe cumplir con el propósito de describir fenómenos, pero también
ser capaz de predecirlos, aun cuando la ocurrencia de estos, se aleje en cierto
sentido, de las circunstancias específicas de ocurrencia del fenómeno con el
que se definió la teoría inicialmente.
Teniendo en cuenta el significado que
recibe en el ámbito científico la palabra “teoría”, es más que claro que
desprestigiar la teoría de la evolución con la premisa de que por ser una
teoría, es solo un supuesto; es una apelación a la ignorancia.
Pero, si la evolución es aceptada por
la mayoría de científicos competentes, es basada en la recolección de datos
empíricos, obtenidos a partir del método científico, es falseable, y también,
fija limitaciones de que puede o no ocurrir, ¿que postula?, ¿Cómo podría ser
validada en hipótesis comprobadas, si no se ha encontrado el eslabón perdido
que dice que hay entre la evolución del mono al hombre (o ser humano, para no
herir sensibilidades) actual?
Bien, hablar de lleno sobre los
postulados de la teoría de la evolución, va mucho más allá de la capacidad del
post, pues la teoría ha tenido un desarrollo de siglos, para formarse lo que
tenemos hoy en día, pasando desde Lamarck (el primero en hablar sobre evolución,
aunque estaba equivocado), a Darwin (que explicaría el mecanismo de la
evolución a partir de la selección natural), hasta MacLeod y McCarty quienes
descubrieron el ADN y una cantidad más de importantes mentes.
Pero las demás interrogantes dan paso a
suprimir las dos aseveraciones erróneas más comunes que se tienen de la teoría
de la evolución:
Primero, Darwin no indica en ningún
sentido que los humanos son descendientes evolucionados del mono actual, sino
que afirma que tanto monos (entendiéndose en el sentid coloquial) como humanos,
tenemos un ancestro en común (esto tiene más sentido cuando sabes que el hombre
y los gorilas, pertenecemos al mismo género taxonómico.)
Segundo: La teoría de la evolución, no
plantea que la modificación genética de una especie heredada a las nuevas
generaciones, sea de forma lineal, o en cadena, por tanto, no queda lugar a la “falta
de un eslabón”, dado que tal como se plantea en la teoría, la evolución es una
ramificación, entendiéndose que, de una especie, podrían derivarse especies
“evolucionadas” paralelas en la cadena, no necesitándose un eslabón entre una
especie y otra que derivan de un mismo ancestro, dado que son ramificaciones
distintas.
Teniendo en cuenta que los dos “argumentos”
básicos para tratar de desligitimar la evolución, son postulados que ni
siquiera la misma teoría tiene, nos centraremos en desmantelar otro intento de
argumento bastante común (y además estúpido), “no puede ser que siendo tan
perfectos los seres humanos provengamos del azar”, para comprender porque tal afirmación es errónea,
desde el punto de vista de la teoría de la evolución, ahondaremos en la
aportación que haría Darwin a la teoría: “la selección natural”.
Como se mencionó antes, Darwin no fue
ni de lejos, el primero en concebir la idea de especies que evolucionan, pero
antes de sus descubrimientos, se desconocía el mecanismo que conducía a la
evolución.
Darwin descubriría en su viaje, como
funcionaba ese mecanismo, al que le daría el nombre de “selección natural”, que
se puede expresar como la siguiente ley general (tomada de la conclusión de “El
origen de las especies”):
“Existen
organismos que se reproducen y la progenie hereda características de sus
progenitores, existen variaciones de características si el medio ambiente no
admite a todos los miembros de una población en crecimiento. Entonces aquellos
miembros de la población con características menos adaptadas (según lo
determine su medio ambiente) morirán con mayor probabilidad. Entonces aquellos
miembros con características mejor adaptadas sobrevivirán más probablemente.”
Esto quiere decir que los individuos
cuyas características se adapten mejor al medio, dejaran una descendencia que
conservara dichas características, pero a la vez, con la diferenciación entre
descendientes de los mismos progenitores, además de la característica heredada,
el individuo tendrá otras propias, que le ayudaran o no, a adaptarse aún mejor
al medio.
Cuando este esquema es repetido
continuamente a lo largo de las generaciones, el resultado final es la evolución
de una especie en otra mejor adaptada… Aunque la selección natural no es el único
mecanismo presente en la evolución (están además la mutación, la migración y la
deriva genética.)
Cuando Darwin propuso la selección natural
como el mecanismo por el cual los organismos evolucionaban, abrió una nueva
puerta que ofrecía explicaciones que hasta entonces eran respondidas por la introducción
de elementos sobre naturales, lo que se conoce como “el diseño inteligente”, lo
cual limitaba el conocimiento que tenemos sobre nosotros y el mundo, al dar
respuestas que no son compatibles con la realidad, sino con la fantasía.
Siendo que el surgimiento de una nueva
especie tomaría cientos de generaciones (podría traducirse en ciento o miles de
años), la idea que los seres vivos en la actualidad, somos criaturas diseñadas,
queda completamente contradicha por otra explicación que, si es observable y
con innumerables pruebas a su favor.
Hoy en día la manera más evidente en
que la selección natural deja evidencias de su actuar, es en el campo de la microbiología,
donde, debido a la innumerable descendencia que se produce en los cultivos de
bacterias, la evolución de los individuos tiene efectos más o menos rápidos, citándose
por ejemplo el caso de la bacteria Staphylococcus
aureus, una bacteria que ha logrado desarrollar resistencia a la penicilina
y después a la meticilina, debido a una evolución provocada por la adaptación,
la variabilidad genética y la mutación.
En cierto punto, en especies más
complejas, la evolución de las mismas, puede ser evidente si se aboga a los
diferentes vestigios de ancestros genéticos que aun la especie en cuestión,
porta en sus genes, en el caso de los humanos, un ejemplo fácil de estos
vestigios seria ese espacio pequeño en el extremo del ojo cercano a la nariz,
que representa los restos de lo que en generaciones anteriores fue un tercer
parpado que servía para proteger los ojos, al estar sumergidos por ejemplo; los
reptiles como los cocodrilos, o las aves como los halcones, aún conservan un
tercer parpado bastante desarrollado, no así los mamíferos (aunque hay
excepciones), puesto que dejo de ser de vital importancia; (En el cuerpo humano
hay presentes una mayor cantidad de vestigios evolutivos, pero será tema de
otra entrada).
Hasta acá en cierto punto, se ha dejado
en evidencia como la teoría de la evolución, explica de forma más o menos
simple, el surgimiento no solo del hombre, sino también de todas las especies complejas
que son conocidas hoy en día, y que parecen ser “Perfectas”, (aunque no sea de
esa forma), sin la necesidad de recurrir a una “explicación” que tenga de por
medio un carácter fantasioso, o de primitiva creencia.
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Si quieres tener un conocimiento más
profundo del tema, te recomiendo que leas este articulo donde se habla del
surgimiento de la vida en nuestro planeta; y sobre todo, que descargues y leas el libro de Darwin “El origen de las
especies” desde este enlace DESCARGAR PDF